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Qué es la conducción a la defensiva

De acuerdo con estadísticas entregadas por CONASET, en 2017 hubo 94.879 accidentes de tránsito en Chile. Aunque la cifra ha disminuido a lo largo del tiempo, todavía es un número considerable. Por lo mismo, resulta fundamental que comprendas qué es la conducción a la defensiva con el objetivo de reducir los riesgos asociados al manejo de tu vehículo.

A continuación, a modo de guía práctica, encontrarás los aspectos más importantes acerca de este tipo de conducción y por qué es importante que la apliques.

¿Qué es conducir a la defensiva?

Conducir a la defensiva un vehículo es una actividad que implica dos comportamientos: anticipar las acciones de otros conductores y aplicar las técnicas correcta de manejo según las condiciones presentes.

Lo anterior, exige que te encuentres en un estado de alerta permanente para identificar estados inseguros de otros conductores. Tales como, fatiga, distracción, visibilidad, entre otros. Por otro lado, tenemos las condiciones adversas del entorno, como lluvia, desvíos, presencia de animales o peatones en el camino, neblina y otros factores que pueden ponerte en peligro.

En otras palabras, es la habilidad que debes desarrollar para manejar tu vehículo de tal manera que no sea vea involucrado en accidentes que pueden ser evitados. Por supuesto, existen siniestros donde no tienes ningún tipo de responsabilidad. Sin embargo, una gran mayoría de las colisiones se pueden evitar si aplicas una conducción defensiva. ¿Cómo hacerlo? Pon atención a los siguientes consejos.

Recomendaciones para aplicar una conducción a la defensiva

  • Reconoce el peligro: el no conocer las condiciones del camino es equivalente a conducir a ciegas. ¿No representa acaso una gran probabilidad de sufrir accidentes? Analiza tu ruta, identificando el estado de la carretera, ya sea urbana o rural, además de visualizar en las proximidades elementos como curvas, rampas de salida o entrada, resaltos o cruce. No dejes de determinar el nivel de tránsito que circula alrededor de tu vehículo.
  • Considera la velocidad permitida: la normativa chilena es clara al respecto. La velocidad máxima en zonas urbanas es de 50 km/h. En cambio, en zonas rurales con una pista de circulación por sentido es de 100 km/h, mientras que con dos o más pistas de circulación por sentido es de 120 Km/h. Respeta estos valores que se determinaron en base a estudios de seguridad vial.
  • Preocúpate de tu estado: es complejo que puedas reaccionar a situaciones peligrosas si no te encuentras en buenas condiciones para conducir tu auto. Evita sentarte frente al volante si tienes un cansancio excesivo, estás estresado, enfermo o presentas otras condiciones que afectan tus sentidos.
  • Utiliza los sistemas de seguridad: en la actualidad, la industria automotriz ha provisto a los automóviles de una serie de tecnologías de vanguardia que optimizan la seguridad del conductor y la de sus ocupantes. Aprovecha la protección que ofrecen los cinturones de seguridad, airbags, anclajes ISOFIX para niños, cámaras de retrocesos, asistencia en pendientes, entre otras prestaciones.
  • Analiza el comportamiento de los conductores: un conductor defensivo debe poner atención a las actitudes y conductas de los demás conductores para prevenir el peligro. El contacto visual puede servir de mucho para que descubras las intenciones de tus compañeros de ruta.
  • Conduce con seguridad: a pesar de la implicancia de los factores externos, tú puedes hacer mucho para evitar accidentes. Maneja de forma consiente, es decir, aplicando las normas de seguridad dispuestas en la Ley de Tránsito. Señaliza de forma anticipada tus cambios de dirección, mantén la distancia adecuada con el vehículo de adelante, respeta las señales y a los peatones, guarda tu celular, circula por tu derecha y, sobre todo, ten una actitud pasiva y amable al conducir.
  • Revisa tu auto: antes de salir a cualquier destino debes asegurarte de que tu auto está en perfectas condiciones. Examina el estado y el nivel de los diferentes líquidos que componen su parte mecánica, la condición de componentes como limpiaparabrisas, frenos, tubo de escape, neumáticos y batería.

Según las mismas cifras entregadas por CONASET, de la totalidad de siniestros registrados en 2017, 43.065 se deben a algún tipo de imprudencia del conductor. Por lo tanto, saber qué la conducción a la defensiva puede disminuir considerablemente el riesgo a que sufras este tipo de eventualidades, potenciando el ahorro de tiempo y dinero que conlleva un accidente. Lo importante es que como conductor recibas una formación de calidad, entregada por profesionales de amplia trayectoria, y enfocada a aumentar tu seguridad y la de tus pasajeros.